miércoles, 28 de abril de 2010

El Caso Paulette y Alberto Bazbaz: la Trama Salinista (Jenaro Villamil)

“No hay duda de que este caso se trató de un homicidio”, sentenció el procurador mexiquense Alberto Bazbaz Sacal, el miércoles 31 de marzo, en una prolongada conferencia de prensa, transmitida en vivo por la mayoría de los noticiarios televisivos y radiofónicos que han convertido el caso de la menor Paulette Gebara Farah en un auténtico reality show.

Seis días después, el lunes 5 de abril, Bazbaz Sacal dio un giro radical a sus declaraciones y a las investigaciones realizadas por la procuraduría mexiquense. Localizado el cuerpo de la menor en el mismo cuarto y debajo de la cama que antes fue visitada por decenas de agentes y periodistas, Bazbaz declaró que “la necropsia ni siquiera es concluyente para determinar que se trate de un homicidio”, y afirmó que serán “los científicos” de la procuraduría los que determinen los detalles de “la asfixia mecánica por sofocación” de la menor de 4 años, reportada como desaparecida desde el 22 de marzo.

Al mismo tiempo, Bazbaz ordenó la liberación de las cuatro personas arraigadas como principales sospechosas del presunto homicidio: la madre Lisette Farah Farah, indiciada y protagonista mediático de la trama desde el principio, así como al padre Mauricio Gebara Rahal, y las nanas Erika y Martha Casimiro, quienes cuidaron de la menor que tenía discapacidad motriz.

El caso, escandaloso desde un inicio ante el interés inusitado de los medios electrónicos nacionales e internacionales, se transformó desde ese momento en la principal crisis política y mediática para el gobernador Enrique Peña Nieto.

El jueves 8 de abril, los legisladores locales del PAN y del PRD, reclamaron la renuncia de Bazbaz Sacal por su “falta de capacidad y eficiencia”. La diputada panista Mónica Fragoso Maldonado lo acusó de revelar a diferentes medios de comunicación “información trascendental que pone en peligro la investigación” del caso Paulette.

Desde Colombia, el mandatario estatal ha salido dos veces en defensa de su procurador, al tiempo que las distintas fuentes consultadas en el Estado de México señalan al secretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, como el principal operador del cambio en las investigaciones de la procuraduría.

“Este es un ejemplo de cómo en el Estado de México la procuración de justicia se compra o se vende al mejor postor. Es obvio que el procurador está muy cerca del caso Paulette por la posición económica de las familias”, advierte el dirigente estatal del PRD, Luis Sánchez Jiménez.

Consultado por Proceso, Sánchez Jiménez reveló que el principal padrino y apoyo político de Alberto Bazbaz Sacal es el ex presidente Carlos Salinas de Gortari por dos razones: el actual procurador fue defensor de Raúl Salinas de Gortari, trasladado de la cárcel federal de Almoloya al penal estatal de Santiaguito, y estuvo al pendiente del caso de Enrique Salinas de Gortari, asesinado el 8 de diciembre de 2004.

Bazbaz fue pieza clave en las indagaciones del crimen del hermano del expresidente desde su posición como Director General de Control de Procesos Penales Federales, de la Procuraduría General de la República, cargo al que llegó en septiembre de 2007 por órdenes del entonces procurador Eduardo Medina Mora.

Bazbaz fue socio del despacho de abogados junto con el actual secretario de Agua y Obra Pública del Estado de México, David Korenfeld. Ambos pertenecen a la comunidad judía mexiquense, estudiaron en la Universidad Anáhuac y Korenfeld es identificado como uno de los principales impulsores de los jugosos negocios inmobiliarios del gobierno de Peña Nieto.

En marzo de 2008, en vísperas de que Peña Nieto nombrara al sustituto de Abel Villicaña como nuevo procurador estatal, le propuso el cargo a Korenfeld. Este sugirió que, en su lugar, se nombrara a Bazbaz Sacal y que él siguiera al frente de la Secretaría de Agua y Obra Pública.

El ex diputado local del PAN, Carlos Alberto Pérez, identifica a Bazbaz Sacal y a Korenfeld como parte de “la red de negocios e influencia salinista” en el gobierno de Peña Nieto.

La Mano de Nassar Daw

En la trama del caso Paulette está involucrado otro viejo conocido de Salinas de Gortari, de Bazbaz y de Korenfeld. El despacho de José Luis Nassar Daw, hijo y defensor de Miguel Nassar Haro, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad, está a cargo de la defensa de la madre Lisette Farah, según confirmó el dirigente estatal perredista Luis Sánchez Jiménez.

Lisette Farah en sus últimas entrevistas ha acusado de “cobarde” a su esposo Mauricio Gebara, ha insistido en su inocencia frente a la sospechosa muerte de Paulette y ha demandado la custodia de su otra hija, Lisette, de 7 años de edad.

Egresado de la Universidad Panamericana, donde también estudió Peña Nieto, el despacho de Nassar Daw fue el encargado de la defensa de Raúl Salinas de Gortari por enriquecimiento ilícito y responsable de tramitar la libertad bajo caución del hermano del ex presidente, en junio de 2005.

Nassar Daw y Asociados también defendió, en enero de 2009 a la profesora Magdalena García Soto, acusada de ser cómplice de Adán Pérez Ramírez y Hugo Gabriel Constantino García, acusados de violar a un niño en la escuela particular de Oaxaca, Instituto San Felipe.

Nassar fue el defensor de su padre, acusado por el delito de secuestro y preso en el penal de Topo Chico.

Hasta ahora, sólo ha aparecido públicamente como amigo y defensor de Lisette Farah, el abogado Paul Nerubay, quien acompañó a la madre durante el sepelio de Paulette en el Panteón Francés. Nerubay aclaró que él no es penalista, pero declaró que temen que la procuraduría mexiquense se incline por una “decisión política” en el caso ante las presiones que ha recibido el gobernador Enrique Peña Nieto.

13 de Abril: http://jenarovillamil.wordpress.com/2010/04/13/el-caso-paulette-y-alberto-bazbaz-la-trama-salinista/

sábado, 17 de abril de 2010

Mujeres y educación en México (Nadeskko)

Introducción

Un país alcanza niveles de desarrollo en la medida que su población logra un mayor nivel de educación. En México, las características educativas de la población difieren por sexo, edad y lugar de residencia, siendo en la mayoría de los casos las mujeres quienes se encuentran en condiciones más desfavorables.

Hablar sobre educación es hablar de desarrollo, progreso, avances tecnológicos, científicos y en México podríamos decir que la democracia se alcanzaría con un mejor nivel de educación, sin embargo, hablar sobre educación es hablar sobre generaciones que no tienen idea de lo enriquecedor que puede ser aprender a estudiar, leer no porque te obligan sino porque disfrutas un libro, y participar en el mundo de manera activa y no pasiva; en esto hay pensamientos encontrados, Martín Borman escribió “¡La educación es un peligro…¡Cada persona educada es un futuro enemigo!” Y Bobby Vinton refiriéndose a las mujeres en el campo de la educación expresó “El cerebro no es una desventaja para la mujer, si lo esconde detrás de una blusa transparente” Estas actitudes revelan en general, una diferencia enorme en la manera que se considera la educación del hombre y de la mujer y una marcada discriminación y machismo con tintes de misoginia.

En nuestro país todavía tenemos lugares donde educar a la mujer se considera “una pérdida de tiempo y de dinero”. En mi Chiapas querido, esto es relativamente común y más en las condiciones de pobreza de mi pueblo. Se da en todos los niveles de clases sociales, en las clases medias altas, las chicas hijas de funcionarios o de caciques, algunas llegan a manifestar que estudian MMC “mientras me caso”, para las clase media baja, es un sueño que algunas inician y abandonan por falta de recursos económicos, eso, si no tienen hermanos varones que tienen la prioridad. Las estadísticas son como los bikinis “esconden más de lo que muestran”, la mayor parte de los analfabetas son mujeres y abundan en las zonas rurales e indígenas donde frecuentemente ni siquiera el español les enseñan a hablar, porque “¿para qué les va a servir?”, aun con la Ley Revolucionaria de las Mujeres que “dicen” implementaron los zapatistas, las diferencias son abismales, aunque, a decir verdad, los “compas” indígenas hombres, tampoco se pueden jactar de “estar en la gloria” con eso de la tendencia a privatizar la educación en todos sus niveles por parte de este gobierno racista y clasista, tienen muy pocas oportunidades de sobrevivir, ya no digamos, tener acceso a educación, y las mujeres como coloquialmente decimos “están pior”.

México, un país con niveles cada día de mayor pobreza, más de 75 millones de personas no leen un solo libro al año. En Barcelona hay más librerías que en toda nuestra patria. Mientras nosotros publicamos unos mil nuevos títulos al año, en España “que tiene la mitad de la población mexicana” se publican cinco o seis veces más. Pero curiosamente, en estas épocas, las mujeres son las que se desempeñan mejor en los ámbitos escolares, y ese esfuerzo lo llevan a sus trabajos, donde arrasan con las preconcepciones de sus colegas masculinos. Y una mujer preparada, unida a muchas otras mujeres preparadas “podría ser la raíz del cambio”, pero. . . “pobre de ellas”, porque todo el mundo sabe que con el alto grado de machismo que tenemos en el país, “a nadie le interesa una mujer demasiado instruida”. La educación a la mexicana está diseñada “salvo sus contadas excepciones” para que los niños memoricen, pasen la prueba y luego se les olvide. La escuela no proporciona al mexicano un sentido de su historia y de su cultura, únicamente datos fríos que no le proporcionan identidad al mexicano, y con eso de que prevalece la cultura de “la malinche” muchos aspiran ser cazados por un “head hunter” para ingresar a una trasnacional y alejarse lo más posible de “sus raíces” que niegan u olvidan a propósito o por desconocimiento, lo que hace a muchos mexicanos “faltos de identidad”; además, pocas escuelas forman lectores, dígase la UNAM, verdadero orgullo de muchos mexicanos valiosos. Sin contar que se encuentran muchos “estudiantes” que “roban exámenes” o “el maestro es su cuate y además barco” y al final terminan con un papelito llamado diploma para “colgarlo en la pared” y trabajar como “licenciado taxista” al igual que en Irak, antes de la Guerra.

La falta de ética también conlleva a la falta de conciencia para darle un espacio digno de participación profesional y trabajo meritorio a la mujer; y la sumisión femenina así como la falta de recursos económicos traen más “sacrificios femeninos” como éste: “Mi mamá decidió que mi hermano iba a ir a la universidad porque era el hombre. Yo estaba en tercero de secundaria, y quería estudiar medicina, pero mi mamá dijo –mejor tú trabajas y que tu hermano estudie- y pues ni modo, así fue”.


La Educación en cifras.

Información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), refiere que para el año 2000, de cada 100 varones, nueve no tenían instrucción formal; 42 contaban con estudios básicos incompletos, 20 lograron concluir la educación básica, y 29 aprobaron al menos un grado en los niveles posteriores a la secundaria. Este dato no creo que cambie radicalmente con el censo de 2010.

En tanto, según datos de INEGI en el año 2000, de cada 100 mujeres, 12 no contaban con instrucción, 43 tenían al menos un grado aprobado en primaria y uno o dos años de secundaria; 18 aprobaron tres grados de secundaria y 27 tenían estudios posbásicos. Me atrevo a suponer que el dato para 2010 será más desalentador.

Sin embargo, esta situación se agudiza en las localidades rurales de menos de dos mil 500 habitantes, en donde de cada 100 hombres 16 no tenían instrucción, y de cada 100 mujeres 21 se encuentran en la misma situación.

Datos del Instituto Nacional las Mujeres (Inmujeres) señalan que la tasa de analfabetismo para la población femenina es de 11.3 por ciento, mientras que la masculina es de 7.4. Además, la población femenina que reside en zonas rurales tiene 4.6 años de estudio promedio, en comparación con las que viven en zonas urbanas que tienen 7.9 años.

El Consejo Nacional de Población refiere que en México, hoy en día, las y los jóvenes gozan de mayores niveles educativos que las generaciones que las antecedieron. En tan sólo tres décadas la proporción de personas de 15 a 24 años que concluyó la educación media superior o realizó estudios superiores, aumentó de poco menos de 10 por ciento a casi 30 por ciento.

Así, la mayor permanencia en la escuela se asocia a una menor participación económica de los adolescentes, que disminuyó de 60.3 a 49.1 por ciento entre 1995 y 2003 en el caso de los hombres, y de 29.6 a 24.2 por ciento en el de las mujeres.

Sin embargo, a pesar de estos “avances”, México todavía presenta bajos niveles de educación, en comparación con los países más desarrollados.

Las proyecciones de CONAPO sugieren que, de continuar las tendencias recientes en los patrones educativos, la población mexicana de 25 a 34 años con estudios terminados de preparatoria o su equivalente ascendería a 54 por ciento en el año 2015, lo que representaría casi el doble del nivel actual –29 por ciento.

Sin embargo, este porcentaje, hoy en día, es de más de 90 por ciento en países como Corea, Japón, Noruega y Suiza, entre otros.

En ese sentido, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), reveló que en el Distrito Federal hay 394 mil estudiantes inscritos en licenciatura y postgrado, y que solamente existirá una plaza disponible para cada 3.76 mujeres y hombres que concluyan sus estudios. Estos datos del año 2000, me atrevo a pensar que en la actualidad la situación es peor.

De ello, la ex directora general de la ANUIES, Diana Ortega, consideró que la participación femenina en este nivel educativo ha tenido notables avances, lo cual se manifiesta en un cambio en las expectativas sociales y personales de las mujeres.

Al participar en el Seminario Internacional Superior de la Matrícula de Educación Superior en América Latina y el Caribe, realizado en la máxima casa de estudios, señaló que en el de México 70, las mujeres representaban el 17 por ciento de la población escolar de licenciatura. En tanto que para el 2001 se incrementó hasta 48 por ciento.

Pero dijo que si bien estos indicadores resultan promisorios, esto no quiere decir que exista equidad, pues las proporciones por áreas de conocimiento son diferentes. De ello, por ejemplo, en la investigación científica de la UNAM, de los dos mil 368 investigadores existentes en ese momento, sólo el 24 por ciento son mujeres, señaló Ortega.

Vivimos en un país no educado; debido a que apenas en el año 2000, 0.43 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se asignaba a la educación, y a pesar del incremento poblacional, actualmente se asigna un 0.58% del PIB a la educación mientras que el costo financiero de la deuda pública alcanza el 3% del PIB, es decir, cuatro veces más. Así, como proporción del PIB, la inversión en educación se mantiene prácticamente estancada desde hace más de diez años, la mitad del promedio de otros países latinoamericanos, y la sexta parte del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)” (El Universal, miércoles 16 de enero de 2002). Esto coincide con una revelación de la UNESCO, que México se encuentra entre “los gigantes del analfabetismo mundial” junto con China, India, Bangladesh, Pakistán, Indonesia, Nigeria, Egipto y Brasil.; si a eso le sumamos que existe discriminación salarial de la mano de obra femenina, porque en el año 2000, mientras un hombre percibía un promedio de $40.94 pesos por hora una mujer únicamente percibe $26.70 en promedio “ambos profesionistas” (cifras del INEGI, encuesta nacional de empleo 1999).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2006, las ocupaciones con mayor presencia femenina son las que se relacionan con el comercio y los servicios con 26.3 por ciento. Mientras que las ocupaciones con menor presencia femenina son las actividades de protección, vigilancia con 0.4 por ciento y operación de transporte público con 0.1 por ciento.

La creciente incorporación de las mujeres a la actividad económica no se ha acompañado de remuneraciones al trabajo iguales para mujeres y hombres. Si bien esta disparidad de género en materia salarial es considerable, de 2000 al 2006 se observan menores diferen­cias entre los salarios de hombres y mujeres. En el 2000 el índice de discriminación salarial apuntaba que, en promedio, era necesario incrementar en 14.4 por ciento el salario que se les pagaba a las mujeres por su trabajo para lograr la igualdad salarial ese valor se reduce a 8.8 por ciento para el 2006. (Fuente: INMUJERES. www.e-mexico.gob.mx/wb2/eMex/eMex_Par­ticipacion_economica_Mujeres. Revisada el 4 de marzo del 2009.)

Respecto a las ocupaciones desempeñadas por los hombres y las mujeres, una medida resumen de las asimetrías es el índice de segregación ocupacional. Entre 1998 y 2008 dicho índice prácticamente se mantuvo en el mismo nivel, al arrojar un valor de 0.173 en 1998 y de 0.184 en 2008, lo que refleja pocos cambios en las ocupaciones que desempeñaron los hombres y las mujeres en el periodo analizado, y que continúan reproduciéndose los esquemas de participación en las ocupaciones típicamente masculinas y femeninas. Así, actualmente para alcanzar la equidad en la distribución de las ocupaciones entre hombres y mujeres es necesario un cambio de 18.4% en la población ocupada entre las diversas tareas realizadas. En materia de salarios, la situación entre 1998 y 2008 se mantuvo sin cambios, y siguen siendo menores los salarios que reciben las mujeres comparados con los pagados a los hombres. El índice de discriminación salarial muestra que la desigualdad salarial en poco se modificó en el periodo, y actualmente para alcanzar la equidad salarial entre la población asalariada masculina y la femenina es necesario aumentar en 9.5% el salario por hora de las mujeres, índice que al inicio del periodo fue de 9.6 por ciento.

La discriminación salarial da cuenta de la situación en que las mujeres reciben un menor salario que los hombres dentro de un mismo puesto de trabajo, en el que ambos tienen la misma calificación y laboran igual número de horas. La calificación medida a través de la escolaridad representa el parámetro central para determinar la situación salarial de hombres y mujeres. (Fuente: Mujeres y Hombres 2008).

Si a esto sumamos la discriminación y misoginia manifestada en la violencia que llega a feminicidios en México, de enero de 2007 a diciembre de 2009, este Observatorio ha logrado documentar 2 mil 15 “homicidios dolosos contra mujeres y niñas” en 18 de las 32 entidades federativas de la república mexicana. Destaca el Estado de México con 556.

La palabra “feminicidio” ausente aun en la legislación mexicana, las condiciones en México para las mujeres en todos los aspectos, continúa siendo de desigualdad y con un alto grado de discriminación y brutal violencia en México, el país donde “no pasa nada”, donde las mujeres, según la iglesia católica “van al violadero”. O curas pederastas que se “disculpan” al estilo del obispo Chiapaneco Felipe Arizmendi, quien dice desvergonzadamente “que el aumento de erotismo” hace difícil el cumplimiento del celibato y el respeto a los niños… tema que requiere un trato aparte, pero que duele hasta lo más profundo de la conciencia humana y quita máscaras de la iglesia asesina, deleznable, abominable e hipócrita que ha hecho tanto daño al mundo, pero fundamentalmente a las mujeres y a los niños.


Conclusiones

La insatisfacción de las necesidades básicas y las carencias educativas han tenido consecuencias desproporcionadas para las mujeres mexicanas. En adición al muy arduo trabajo que implica el ser ama de casa en un país en desarrollo, por decir un nombre más alentador, pero que cada día su actual gobierno sume más en la pobreza a su población. Las mujeres mexicanas se han visto obligadas a buscar trabajo fuera de sus hogares. A causa de sus niveles mínimos de educación y a la carencia de habilidades calificadas, sólo tienen acceso a trabajos mal pagados, con frecuencia en el sector informal de la economía. Numerosos estudios señalan las dobles o triples jornadas de trabajo a que se ven sujetas las mujeres: una semana laboral de 90 horas resulta más la regla que la excepción. Aunado a esto el alto riesgo de la “violencia” contra las mujeres que aumenta cada día el número de “feminicidios” término, ausente aun de la legislación mexicana.

Además, se calcula que de 103 millones de habitantes, alrededor de 6 millones de mexicanos son analfabetas. Alrededor de 18.5 millones no han concluido su educación básica, y unos 37.4 millones tienen la educación media incompleta. Como consecuencia, cerca de una gran proporción de personas no tiene esperanzas de acceso a la educación superior y, entre ellos, son las mujeres quienes se hallan en mayor desventaja.

En suma, vivimos en un país con una educación mediocre, salvo sus contadas excepciones como ya se ha mencionado, porque el gobierno no ha decidido que la educación es importante. Donde el rezago es muy, pero muy grande y pocas son las oportunidades de desarrollo profesional, además de ser un país con discriminación hacia la mujer donde esas pocas oportunidades, para las mujeres se reducen y con menos salario, y como se infiere, las circunstancias se irán empeorando cada día, estamos descubriendo un mundo más difícil para todos “hombres, mujeres y niños”. En un país violento por el capricho de un hombre que al usurpar un lugar que no le correspondía, no vaciló en desatar una violencia que ha cobrado hasta hoy más de 22 mil muertos, en su mayoría civiles, jóvenes, estudiantes, niños, niñas, y mujeres.



Bibliografía:


• La vida en rosa. El príncipe azul,
Jessica Kreimerman Lew.
Ed. Global Entertainment S.A.
México, 1997.

• Sistema de Indicadores para el Seguimiento de la Situación de la Mujer en México (SISESIM), INEGI,
México, 2000.

• Mujeres, pobreza y educación en México
Palomares Santillán, Lilia.
Centro de Servicios Comunitarios (CSC)
México, 2000.

• http://www.inegi.gob.mx/

• http://www.eluniversal.com.mx/

• http://www.diariodemexico.com.mx

• www.revistafem.com/estemes_fem_cont_6.html

• http://www.senado.gob.mx/gace61.php?ver=gaceta&sm=1001&id=14100&lg=60

• http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/integracion/sociodemografico/mujeresyhombres/2009/MyH_2009_3.pdf

• Entrevista a María de Lourdes Pinto

PD: Mi formación no es literaria... pero me atrevo a expresar mi indignación!

lunes, 12 de abril de 2010

El acoso sexual Un problema de relaciones de poder

Estrés emocional, humillación, ansiedad, depresión, ira, impotencia, fatiga, enfermedad física...: tales son algunos de los potencialmente graves efectos que sufren las víctimas del acoso sexual. Tensión en el trabajo, insuficiente colaboración y trabajo en equipo, bajo rendimiento, absentismo, disminución de la productividad...: tales son algunos de sus efectos sobre la empresa.

¿De qué se trata?

Aunque las definiciones de acoso sexual pueden diferir en algunos detalles en los diversos códigos, leyes, políticas, sentencias de los tribunales y convenios colectivos, la mayoría de esas definiciones contienen los mismos elementos clave.

Definición del acoso sexual

*

Conducta de naturaleza sexual, y toda otra conducta basada en el sexo y que afecte a la dignidad de mujeres y hombres, que resulte ingrata, irrazonable y ofensiva para quien la recibe
*

Cuando el rechazo de una persona a esa conducta, o su sumisión a ella, se emplea explícita o implícitamente como base para una decisión que afecta al trabajo de esa persona (acceso a la formación profesional o al empleo, continuidad en el empleo, promoción, salario o cualesquiera otras decisiones relativas al empleo) y
* Conducta que crea un ambiente de trabajo intimidatorio, hostil o humillante para quien la recibe

Denominado así, como concepto, en la década de 1970 en Estados Unidos, y punible por la ley contra la discriminación, el problema del acoso sexual ha ido saliendo a la luz gradualmente como un fenómeno reconocido en todo el mundo y percibido como un problema de significativa importancia.

El acoso sexual es, por encima de todo, una manifestación de relaciones de poder. Las mujeres están mucho más expuestas a ser víctimas del acoso sexual precisamente porque carecen de poder, se encuentran en posiciones más vulnerables e inseguras, les falta confianza en sí mismas, o han sido educadas por la sociedad para sufrir en silencio. Pero también corren peligro de padecer semejante conducta cuando se las percibe como competidoras por el poder.

El acoso sexual es una forma de discriminación por razón del género, tanto desde una perspectiva legal como en su concepto. Si bien los hombres pueden ser también objeto de acoso sexual, la realidad es que la mayoría de víctimas son mujeres. El problema guarda relación con los roles atribuidos a los hombres y a las mujeres en la vida social y económica que, a su vez, directa o indirectamente, afecta a la situación de las mujeres en el mercado del trabajo.

El acoso sexual se presenta de muchas formas. Una de las más notorias es el llamado acoso quid pro quo, expresión que describe la situación de la empleada obligada a elegir entre acceder a unas demandas sexuales o perder algún beneficio algo que le corresponde por su trabajo. Dado que esto sólo puede ser hecho cometido por alguien con el poder de dar o quitar un beneficio derivado del empleo, este acoso "quid pro quo" es una forma de acoso sexual que entraña un abuso de autoridad por parte del empleador (o por el agente del empleador en el que éste ha delegado su autoridad para fijar cláusulas y condiciones). Semejante chantaje sexual se considera en general particularmente reprobable, puesto que supone una violación de la confianza y un abuso de poder.

Pero, en todo caso, la conducta en cuestión tiene que tiene que ser ingrata o no deseada por la otra persona. Un reciente estudio de la OIT sobre los criterios sobre el acoso sexual mantenidos en las empresas reveló que éste es el punto clave de sus políticas. Es lo que lo diferencia de una actitud amistosa, bien recibida y mutua. Porque el factor determinante del acoso sexual no depende de la intención de la persona culpable: es la persona receptora de dicha actitud la que decide si una conducta de naturaleza sexual es bien recibida o no lo es.

Pero...¿existe realmente?

La experiencia de la OIT indica que, inclusive cuando en una sociedad concreta haya algunos que nieguen la existencia de este fenómeno, ésta se ve confirmada positivamente por quienes lo sufren; lo que quiere decir que ignorancia de que exista no significa necesariamente que no ocurra. Más aún, se dispone ya de un creciente corpus de investigaciones empíricas, incluida jurisprudencia, que documenta la incidencia del acoso sexual en el trabajo. Estudios realizados en los últimos años en diversos países coinciden en aseverar la existencia del acoso sexual en el trabajo.



¿Cuáles son sus consecuencias?

Con relación a los empleados, las consecuencias del acoso sexual pueden ser demoledoras para la víctima. Además de los dañinos efectos físicos y psíquicos mencionados antes, la víctima corre el riesgo de perder su trabajo o experiencias relacionadas con él, tales como su formación profesional, o llegar a sentir que la única solución posible es renunciar a todo ello. El caso sexual lleva a la frustración, pérdida de autoestima, absentismo y una merma de la productividad.

Con relación a las empresas, además de los efectos negativos ya apuntados, el acoso sexual incluso puede ser la razón oculta de que empleados valiosos abandonen o pierdan su puesto de trabajo, cuando, por otra parte, habían dado muestras de un buen rendimiento. Y si la empresa consiente un clima de tolerancia hacia el acoso sexual, su imagen puede verse dañada en el supuesto de que las víctimas se quejen y hagan pública su situación. Por añadidura, corre también crecientes riesgos financieros, porque cada día son más los países en que una acción judicial a instancia de las víctimas puede fácilmente determinar daños e imponer sanciones económicas.

Las consecuencias para la sociedad, en su conjunto, podrían resumirse diciendo que el acoso sexual impide el logro de la igualdad, condona la violencia sexual y tiene efectos negativos sobre la eficiencia de las empresas, que entorpecen la productividad y el desarrollo..

¿Qué se está haciendo al respecto?

Ya en 1985, la Conferencia Internacional del Trabajo reconoció que el acoso sexual en el lugar de trabajo deteriora las condiciones de trabajo de los empleados y sus perspectivas de empleo y promoción, y abogaba por la incorporación de medidas para combatirlo y evitarlo en las políticas para progresar en la igualdad. Desde entonces, la OIT ha señalado el acoso sexual como una violación de los derechos fundamentales de los trabajadores, declarando que constituye un problema de seguridad y salud, un problema de discriminación, una inaceptable situación laboral y una forma de violencia (primariamente contra las mujeres).

Limitar, sin embargo, la prohibición del acoso sexual sólo al chantaje sexual practicado por los empleadores o sus agentes deja en pie algunos problemas fundamentales. Para empezar, porque eso supone excluir la conducta inaceptable entre compañeros de trabajo. Y el acoso por parte de un compañero de trabajo, al crear un ambiente de trabajo hostil, puede tener consecuencias físicas, emocionales y psíquicas tan nocivas como las del acoso por parte de un superior. En segundo lugar, cuando la ley limita su definición de acoso sexual al chantaje sexual, el efecto que se sigue no es el de que el acoso sea considerado per se como un delito, sino en virtud de que la reacción de la persona acosada la hizo perder un ascenso, un aumento de sueldo o incluso su puesto de trabajo. Esta situación da pie, en la práctica, a que un trabajador o trabajadora puedan ser acosados sexualmente con impunidad a condición de que su resistencia no haya determinado ninguna acción tangible en su contra. )Qué se ha hecho, pues, para combatirlo?

En el nivel internacional, no existe ningún Convenio internacional vinculante acerca del acoso sexual. Sin embargo, los órganos supervisores relevantes de la OIT y de las Naciones Unidas han concluido que hay que entenderlo como una forma de discriminación por razón del sexo. Así, una Comisión de Expertos de la OIT ha condenado el acoso sexual en virtud del Convenio núm. 111 sobre la discriminación (empleo y ocupación, 1958. Y la Comisión de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres lo considera incurso en el Convenio de las Naciones Unidas sobre la erradicación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, y ha adoptado la Recomendación general núm. 19 sobre la violencia contra las mujeres, que define expresamente contra este fenómeno. La Organización de Estados Americanos ha adoptado un Convenio sobre la violencia contra las mujeres que contiene medidas similares. Pero la única normal legal adoptada hasta ahora que prohibe directamente esta práctica es el artículo 20 del Convenio de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (núm. 169).

En el nivel nacional, un número importante de países han adoptado algún tipo de legislación relativa al acoso sexual. En muchos de ellos, el acoso sexual se define implícitamente como una actividad que constituye una violación de leyes dictadas a propósito de otro tema distinto, tal como los derechos humanos, el despido improcedente, la legislación contractual, los contratos fraudulentos o la conducta criminal.

Otras medidas

A la hora de sustanciar las querellas por acoso sexual, las decisiones de los tribunales han subrayado la necesidad de que se respeten debidamente los derechos de la víctima y del acusado. Muchas denuncias por acoso sexual no han tenido éxito o han sido desestimadas por un planteamiento inadecuado de las querellas. La legislación civil, la penal y la ley de compensación del trabajador contienen toda una gama de remedios potenciales para el acoso sexual. Pero habría que tener muy en cuenta que el principal objetivo de la mayoría de las víctimas del acoso sexual no es demandar por daños a su empleador, sino conseguir que cese el comportamiento ofensivo, que no vuelva a darse y que se las proteja de cualquier represalia por haber presentado una querella.

Políticas y prácticas recomendadas

Los estudios de la OIT indican que las políticas y prácticas contra el acoso sexual debería incluir cuatro elementos principales: una declaración de criterios; un procedimiento de denuncia adaptado al acoso sexual, que respete la confidencialidad; sanciones disciplinarias progresivas; una estrategia de formación y comunicación. La protección contra las represalia debe constituir también un elemento clave en todo procedimiento de denuncia.

Además de la legislación, se ha producido también un aumento de referencias al tema en códigos de conducta, materiales de orientación, declaraciones políticas y programas de concienciación pública. Organismos gubernamentales, organizaciones de empleadores, organizaciones no gubernamentales y empresas consultoras independientes han organizado programas de formación sobre el tema del acoso sexual. En algunos países se ha empleado la negociación colectiva como medio para abordar el problema del acoso sexual, y lo cierto es que parece un camino eficaz para prevenirlo y prohibirlo. Algunas organizaciones de empleadores han asesorado a sus afiliados sobre la legislación existente al respecto y les han recomendado formular declaraciones de criterios, formar en el tema a sus directivos y supervisores, establecer cauces para la presentación de denuncias e informar a todos sus empleados. En bastantes países los sindicatos han publicado folletos para explicar en qué consiste el acoso sexual y qué se puede hacer cuando uno se siente víctima de él. Otros han puesto en marcha campañas de concienciación, instando a sus miembros a denunciar las conductas de acoso sexual ante los consejos de empresa o los representantes sindicales.

El grado en que estas iniciativas voluntarias con respecto al acoso sexual han sido asumidas por los interlocutores sociales varía mucho de un país a otro e incluso dentro de un mismo país. Se aprecian, sin embargo, dos notables tendencias. En primer lugar que, allí donde se han adoptado iniciativas, se desarrolla un amplio campo de acuerdo entre los directivos de las empresas y los sindicatos; las medidas para atajar el acoso sexual constituyen un tema de cooperación más que de conflicto en las relaciones industriales. En segundo, que se ha producido un alto nivel de consenso a la hora de configurar en términos generales las políticas con respecto al acoso sexual y las medidas que se estima adecuado adoptar en el ámbito de la empresa.

Aunque es esencial la existencia de una legislación sobre el tema, para conseguir que el lugar de trabajo esté libre de acoso sexual no bastan las leyes. La prevención es el mejor enfoque el problema, y eso implica dar pasos positivos en los niveles nacional, empresarial y sindical.

Recursos para combatir el problema

*

Abordar temas fines relativos a pautas caducas en las relaciones humanas Cambiar actitudes con respecto al papel de las mujeres en el trabajo y acerca de cómo deben ser tratadas y valoradas como trabajadoras
*

Concienciar a hombres y mujeres de su comportamiento, y enseñarles a adoptar una nueva actitud en la que cada uno tome su parte de responsabilidad
* Educar a los directivos sobre los costos y consecuencias de no prevenir o no atajar el acoso sexual en la empresa



El desafío que se plantea es el de ser capaces de crear en la empresa una atmósfera que rechace la intimidación sexual y la conducta sexual no recibida con agrado, a la vez que promueva unas relaciones y un ambiente de trabajo relajados, de camaradería, productivos, en el que se respete por parte de todos la dignidad de cada uno de los trabajadores.



Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en
la Formación Profesional
http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/gender/doc/cinter/pacto/cue_gen/aco_sex.htm

sábado, 10 de abril de 2010

BIOGRAFÍA DE EMILIANO ZAPATA

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Emiliano Zapata nació en Anenecuilco, Morelos, en 1879 y murió fusilado en Morelos el 10 de abril de 1919. Fue el penúltimo 10 hijos de Cleofas Salazar y Gabriel Zapata, un hacendado mestizo que entrenaba caballos. Quedó huérfano a los 17 años de edad.

Los que lo conocieron en su niñez cuentan acerca de una experiencia que por siempre marcó su vida: cuando Zapata tenía 9 años, vio a su padre llorar porque la autoridad injustamente se había adueñado de las tierras comunales de su pueblo. Zapata juró que esto no sucedería de nuevo, y que recuperarían las tierras perdidas. La reforma agraria fue su meta desde entonces.

Desde muy joven, Zapata se destacó por sus cualidades de liderazgo y su amor por los caballos; su mayor placer consistía en cabalgar sobre el lomo de su caballo preferido usando botas y espuelas nuevas y de buena calidad. A pesar de ello, Zapata nunca perdió su sencillez. Hablante de náhuatl y de español por igual, el dirigente revolucionario gozaba de un gran respeto por parte del campesinado del sur.

En 1897 Zapata fue arrestado por participar en una protesta contra la usurpación de tierras campesinas. Al ser perdonado continuó agitando a los indígenas de la región, por lo que fue incorporado al 9° Regimiento del ejército, bajo el mando directo de Ignacio de la Torre, yerno del presidente Díaz.

En 1909 fue elegido presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco. Pocos meses después, concurrió a una reunión en Villa de Ayala donde comentó el Plan de San Luis, y el 10 de marzo de 1911, también desde Villa de Ayala, se lanzó a la lucha revolucionaria junto con otros 72 campesinos. Su consigna, "tierra y libertad", ha sido quizá la más famosa de sus frases.

Mientras tanto, la Revolución Mexicana llegaba a su apogeo. Francisco I. Madero, un terrateniente del norte, había perdido las elecciones de 1910 frente al dictador Porfirio Díaz y huido hacia Estados Unidos, donde se proclamó presidente y retornó a México. Zapata decidió apoyar a Madero, y en 1911, sitiaron la ciudad de Cuautla y cerraron el camino hacia la Capital. Una semana más tarde, Porfirio Díaz huyó del país y designó a un presidente sustituto. Mientras tanto, Emiliano Zapata y un ejército de 5 mil hombres tomaron la ciudad de Cuernavaca, Morelos.

El Plan de Ayala

Madero fue electo presidente en 1911 y se reunió de nuevo con Zapata, sin lograr este último que Madero aplicara una reforma agraria integral. Con la ayuda de un maestro, Otilio Montaño, Zapata preparó el Plan de Ayala, el cual declaraba a Madero incapaz de cumplir con los objetivos de la Revolución. Los signantes del plan renovaron las consignas de la Revolución y prometieron designar a un presidente provisional hasta que hubiesen elecciones. Asimismo, se fijaron la meta de recuperar las tierras ejidales quitándoles un tercio a los terrenos de las haciendas y repartiéndolas entre las comunidades. Aquellos hacendados que se rehusaran a aceptar el plan verían sus tierras expropiadas sin compensación alguna.

En el transcurso de sus campañas, Zapata distribuyó las tierras tomadas de la haciendas, las que con frecuencia quemaba sin compensación. Ordenó ejecuciones y expropiaciones, y sus fuerzas no siempre se guiaron por las leyes de la guerra. Evadían la confrontación directa al implementar tácticas de guerrilla: trabajaban la tierra con rifles a en sus espaldas, acudían a pelear cuando eran llamados y regresaban a sus campos al final de la batalla. Los salarios de los miles de hombres que formaban las huestes zapatistas provenían de los impuestos a las regiones de provincia o de la extorsión a los ricos. Sus armas provenían de lo que capturaban de las tropas federales.

Cuando Victoriano Huerta asesinó a Madero en 1913, Zapata y sus hombres arribaron a la Ciudad de México y se rehusaron a unirse al gobierno de Huerta. Esto provocó que Huerta no pudiese enviar todas sus tropas al norte a combatir a Venustiano Carranza y el Ejército Constitucionalista, por lo que un año después de haber asumido el poder, Victoriano Huerta, acorralado por sus oponentes, abandonó el país.

Al caer Huerta, Zapata invitó a los Constitucionalistas a aceptara su Plan de Ayala y les advirtió que continuaría peleando por su cuenta hasta que el plan se cumpliera.

Los líderes se unen

Pancho Villa y Emiliano Zapata acudieron al llamado de Carranza para reunir a todos los líderes revolucionarios, con la condición que la asamblea se realizara en Aguascalientes y no en la Ciudad de México. En dicha asamblea, los villistas y zapatistas eligieron al General Eulalio Gutiérrez como presidente provisional, decisión que los carrancistas rechazaron.

Como consecuencia, se desató una guerra entre los carrancistas (moderados) y los revolucionarios (villistas y zapatistas). El 24 de noviembre, Zapata le ordenó a su ejército (ahora llamado Ejército de Liberación del Sur y con 25 mil hombres en sus filas), que ocuparan la Ciudad de México. Pancho Villa aceptó en Plan de Ayala y decidió unir fuerzas con Zapata hasta que hubiera un presidente civil en el Palacio de Gobierno.

Al mismo tiempo Zapata implementaba su reforma agraria, la guerra continuaba. Ocupó la ciudad de Puebla y ganó varias batallas, apoyado por soldados profesionales que se habían unido a su causa. Sin embargo, cuando en 1917 Carranza derrotó a Pancho Villa, Zapata se vio aislado. Venustiano Carranza convocó a una asamblea constitucionaria, pero no invitó a Zapata. En dicha convención se aprobó la nueva Constitución y se designó a Carranza como presidente.

Las tensiones entre Zapata y Carranza no cedieron. En abril de 1919, el Coronel Jesús Guajardo fue enviado por el gobierno constitucional a infiltrarse en las filas de Zapata. Guajardo organizó una reunión "secreta" con Zapata en la Hacienda Chinameca en Morelos, haciéndole creer que quería unirse a los agraristas. Zapata fue muerto a tiros en dicho lugar por tropas carrancistas. Su cuerpo fue puesto sobre una mula y dejado sobre la calle. Hoy día yace sepultado en Cuautla, Morelos.

El Coronel Guajardo fue nombrado general y recompensado con $52,000 pesos.
El cuerpo de Emiliano Zapata fue enterrado en su estado natal.

Extraído de la antigua Página Web de OACA

jueves, 1 de abril de 2010

No hay derechos humanos sin las luchas de los pueblos, ni éxito para la lucha popular sin defensa de los derechos humanos: Rosario Ibarra (Rebelión)

En un foro en días pasados escuché a las madres de los jóvenes acribillados impunemente en la colonia popular Villas de Salvárcar en Ciudad Juárez y las lágrimas contenidas frente a los poderosos fluyeron en mis ojos que han visto tantas atrocidades en esta vida, que no pude ni quise contener, fundiéndome en un abrazo con las madres de los feminicidios en Lomas de Poleo, de la Guarderia ABC, de la masacre en Sucumbíos, de las mujeres del SME y los mineros de Cananea, Sombrerete, Taxco, de Atenco y mis compañeras del Comité Eureka. Muerte y dolor por tantas víctimas a lo largo y ancho del país. Muertes sin sentido ni razón. Muertes impunes. Muertes y también -de nuevo- el azote de las desapariciones forzadas.

Todo ocurre en medio de una engañosa versión que pretende ocultar el verdadero carácter de la militarización del país. Engañar con la versión de una guerra contra el narcotráfico y con los supuestos "levantones". La mayoría de los asesinados no son parte de una guerra contra el narcotráfico, de un enfrentamiento entre miltares y narcos, sino en realidad de ejecuciones de población civil, de jóvenes -hombres y mujeres- y de pobres. Esa es la realidad de la mayoría de los asesinatos denunciados ahora en Ciudad Juárez. Jóvenes ejecutados a manos de grupos paramilitares o militares vestidos de negro o con pasamontañas.

La otra versión engañosa es la de los "levantones". De nuevo, comandos con las mismas características policiacas y militares, realizan no "levantones" sino desapariciones forzadas de personas; se trata nuevamente y a una escala mayor que la que conocimos antes, de desaparecidos. La diferencia con las de los 70s es que los desaparecidos no son ahora mayoritariamente activistas o militantes políticos sino población civil ajena a todo conflicto social, político o al narcotráfico. No solamente en Ciudad Juárez, sino en muchas entidades del país, como decenas en Coahuila, Tamaulipas, Michoacán o Guerrero, donde se despliega la militarización y su cauda de violaciones y abusos. Se manejan como meras cifras, como las de las ejecuciones, que les permiten decir a las fuerzas militares y al espurio que se "va ganando la guerra", porque ha aumentado el número de muertes.

Tanta violencia oficial encubierta por una guerra jamás declarada por el pueblo de México que no tomó esa decisión ni fue consultado para hacerla, y que ha ocasionado una espiral de violencia estructural cercana a las 20 mil ejecuciones en tan solo tres años del gobierno espurio que ha hecho trizas cualquier institucionalidad y legalidad en una estrategia que subordina cualquier derecho de la mayoría al interés económico de la clase dominante y de las injustificables razones de Estado por encima y en contra de la ciudadanía. Cualquier programa de "reconstrucción del tejido social" debe pasar en primer lugar por el regreso del ejército a los cuarteles y el rechazo a la impunidad frente a las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas.

El catálogo de violaciones a los derechos humanos durante los últimos años se ha elevado considerablemente: TORTURAS, ABUSOS POLICIACOS, DETENCIONES ARBITRARIAS, EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, CRIMINALIZACION DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, VIOLENCIA INSTITUCIONAL, FEMINICIDIO, DISCRIMINACION, EXPLOTACION, MISERIA, HAMBRE, DESEMPLEO, IMPUNIDAD, CRECIMIENTO DEL NUMERO DE PRESOS POLITICOS Y DESAPARECIDOS. Los recientes ataques a los campamentos del SME por las hordas enfurecidas del modelo policiaco creado como engendro y llamado PFP, ya ha arrojado un saldo de obreros golpeados, baleados, detenidos, torturados, sufriendo allanamiento en sus domicilios, ocultos por las sombras de la noche, violando el derecho de huelga y eliminando el derecho al empleo, a tener un sindicato, a organizarse libremente, reduciendo a la nada las conquistas históricas de la clase trabajadora y plasmadas hace casi un siglo en la Constitución que fue la primera que incorporó los derechos sociales y económicos, derechos colectivos hoy en pleno retroceso.

El calderonismo repite las crueles represiones de los gobiernos priístas que mandaron a las tropas a reprimir a miles de ferrocarrrileros en 1959 y estudiantes en 1968, a pueblos y comunidades campesinas e indígenas en los años 70s en Guerrero o Chihuahua y en el 94 en Chiapas, como ahora se militariza casi todo el país con decenas de soldados en las calles y plazas, en una guerra perdida contra las drogas que no decidió el pueblo de México pero si le ha tocado poner los muertos y los heridos, los mutilados y los desaparecidos por millares.

Ante tanta muestra de injusticia, intolerancia, abuso, desprecio de los que se sienten dueños del poder contra la amplia mayoría de la población, vemos cómo se pretende imponer por la fuerza las políticas neoliberales y privatizadoras que vulneran los derechos humanos y eliminan cualquier expresión de democracia. Para frenar la resistencia a sus planes, no han dudado en criminalizar la protesta social, inventando delitos graves a los presos del movimiento social que oculten su carácter de presos políticos y aumenten sus penas manteniéndolos en la cárcel. No es sólo el abuso contra mujeres indígenas en Querétaro acusadas de "secuestrar" agentes de la AFI, es también el cargo impuesto a Ignacio del valle y los otros dirigentes de Atenco, o a Sara López y los otros presos en Campeche acusados también de "privación ilegal de la libertad" de funcionarios frente a los cuales ellos protestaban.

Desde la perspectiva del poder autoritario solo cuentan las ganancias sobre la vida de los pueblos. Por eso, en lugar de construir avances legislativos que protejan derechos humanos desde una perspectiva integral, se introducen legislaciones regresivas y oscurantistas que vulneran el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, o se pretende legislar para echar abajo todas las conquistas laborales y sociales establecidos en los contratos colectivos de trabajo y la Ley Federal del Trabajo, para aumentar los privilegios de los mas ricos del mundo que lucran con el sudor de la gente.

En nuestro desangrado país recuperar la capacidad de crear sueños colectivos, implica construir organizadamente la resistencia y la solidaridad entre el pueblo trabajador que desde abajo desde siempre ha producido y creado toda la riqueza y se hunde cada día más en la miseria. Reclamamos compromiso y decisión de luchar por cambiar esta situación. Llamamos a que nadie se quede indiferente ante el dolor de tanta gente. Estado que no es capaz de generar trabajo, salud, educación, vivienda, alegría y felicidad entre sus habitantes, no merece seguir existiendo y el pueblo, en todo momento y sobre todo cuando se han llegado a límites del horror, tiene el inalienable derecho de elegir el gobierno que se merece y revocar el mandato de quien ha incumplido el mandato constitucional de defender el bien común y ha privilegiado sus intereses particulares como lo ha hecho este gobierno espurio.

Real unidad de todos los movimientos contra la represión y la defensa de los derechos humanos es urgente. Cualquier movimiento por legítimas que sean sus demandas particulares debe incluir también estas demandas como necesaria condición para el éxito y continuidad de la lucha. Es cierto, también, que frente a la gravedad de la situación, el extremo casi de que la manu militari del calderonismo linde no solamente con un poder espurio sino con un estado policiaco similar al de un golpe militar, y en medio de la creciente descomposición social, plantea nuevamente y para cada vez sectores más amplios de la población la necesidad de la salida de ese gobierno producto del fraude electoral.

Son ellos o somos nosotros, como lo dicen las voces de miles de personas en las calles que, sin ellos y ellas, no hay derechos humanos posibles.